Tengo dentro de un herbario
una tarde disecada,
lila, violeta y dorada.
Caprichos de solitario.
y en la página siquiente,
los ojos de guadalupe,
cuyo color nunca supe.
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la red
Por la calle de mis celos
en veinte rejas con otro
hablando siempre te veo.
Siempre que nos vemos
es cita para mañana.
Nunca nos encomtraremos.
La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blñanca flor.
Ha pasado un caballero
_¡quién sabe por qué pasó!_
y se ha llevado la plaza
con su torre y su balcón,...
ANTONIO MACHADO